El movimiento zero waste está tomando auge, pues en Europa ya la guerra contra el plástico es indetenible. Te invito a que leas este artículo para que conozcas más sobre el nuevo estilo de vida ecológico…
También conocida como el movimiento cero residuos, el zero waste es un estilo de vida ético que invita a reducir el consumo de plástico en su máxima expresión.
De acuerdo con la Alianza Internacional Cero Residuos (Zero Waste International Alliance), se trata de una filosofía y una estrategia, mezclada con una serie de herramientas prácticas que buscan eliminar nuestra huella de carbono y a enseñarnos a cómo manejar nuestros desechos.
Citada por Zero Waste Europe, dicha alianza define este movimiento en tres principios básicos:
- Zero Waste es un objetivo que es a la vez pragmático y visionario, para guiar a las personas a emular los ciclos naturales sostenibles, donde todos los materiales descartados son recursos para que otros los utilicen.
- Zero Waste significa diseñar y administrar productos y procesos para reducir el volumen y la toxicidad de los desechos y materiales, conservar y recuperar todos los recursos, y no quemarlos o enterrarlos.
- La implementación de Zero Waste eliminará todas las descargas a tierra, agua o aire que puedan ser una amenaza para la salud planetaria, humana, animal o vegetal.
En otras palabras es la búsqueda de medidas que detengan la vertiginosa contaminación del ambiente y que pone en peligro a todos.
Me topé con este tema gracias mujeres blogueras como Bea Johnson, Lauren Singer y Kathryn Kellogg, quienes promovieron el movimiento zero waste en todo el mundo y presentándolo como el estilo de vida del futuro al que el mundo se verá obligado a adaptarse.

Los objetivos del zero waste son los siguientes y deberían ser aplicables en casa, por las empresas y los gobiernos:
- Hacer un cambio cultural en el que las sociedades se acostumbren a reciclar desde sus hogares y cambien sus paradigmas en relación al consumo.
- Trabajar en proyectos comunitarios que propicien la reducción de residuos, incluyendo campañas educativas para que las comunidades creen sistema autónomos de recolección de desechos.
- Generar reformas infraestructurales que faciliten la transición a un estilo de vida con menor consumo de plástico como supermercados libres de empacaduras y que las pequeñas empresas, fundaciones e industrias creen planes de prevención de residuos (Waste Prevention Plans).
- Crear sistemas apropiados de separación para los que sean materiales reciclables, los biodegradables y aquellos residuos sin ningún propósito o segundo uso.
- Incentivos en el sistema de precios que sirvan para que las personas vean el lado lucrativo de adoptar este estilo de vida, como descuentos por usar bolsas de tela en los supermercados.
- Reducir los desechos que no tienen segundo oso, como si se tratara de una suerte de responsabilidad extendida del productor.
De esta manera se piensa que, entendiendo las repercusiones del plástico para la salud del planeta de todos los que habitamos en él, la Unión Europea comenzó a hacerle frente al uso indiscriminado del plástico.
La guerra contra el plástico
El movimiento zero waste es un reto que la humanidad debe adoptar aunque parezca no estar lista. Mientras somos más conscientes de lo que consumimos, parece que una vida en la que se consuma de muy poco a nada de plástico es más una obligación que una alternativa.

La contaminación del plástico
La contaminación de plástico es la principal preocupación de la ONU y la EU pues representa 85% de la basura que se encuentra en los océanos. Estos desechos terminan afectando la vida marina y dañando la pureza del agua.
La basura que llega al mar, en especial las de tipo plástico, están matando a más de un millón de aves marinas y unos 100.000 mamíferos y tortugas marinas cada año.
Los seres humanos, por ejemplo, nos exponemos a algunos de los aditivos tóxicos del plástico, como el bisfenol A, que contamina la sangre de más de 90% de la población. Es por ello que el movimiento zero waste promueve el uso de video y acero inoxidable en la cocina y durante la tareas de aseo personal.
El problema también recae en que la mayoría del plástico que se produce actualmente no es reciclable, aunado al hecho de que puede tardar en biodegradarse hasta 1.000 años. Otra de las preocupaciones es que existen tipos de plástico que no se desintegrarán nunca… la mayoría de los plásticos que existen actualmente siempre existirán.
La cruda realidad es que muchos de esos plásticos que llamamos «reciclables» son recolectados erróneamente y enviados a países pobres para ser separados e incinerados inapropiadamente y en detrimento de la población trabajadora.
Declaración de guerra contra el plástico

Debido a la creciente preocupación sobre el destino del plástico que se produce y luego se desecha diariamente, en el primer trimestre de 2018, la Comisión de la Unión Europea propuso la aplicación de nuevas normas para regular los 10 productos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas europeas como el pitillo o pajilla y las botellas de agua.
Tanto así, que se espera que para 2030 los envases que hoy son desechables sean reutilizables o reciclables en su totalidad, con el objetivo de restringir la utilización de microplásticos.
Sin embargo, ya para finales de 2017 las Naciones Unidas durante su Asamblea de Medio Ambiente, firmó una declaración aprobada por 193 países para en la que se comprometía con prevenir y reducir significativamente la contaminación en los océanos en 2025, ya que se teme que para 2050 haya más plásticos que peces en los océanos.
Europa, que está a la cabeza de esta batalla pretende regular el consumo anual de bolsas de plástico el cual no puede superar las 90 bolsas de plástico ligeras por persona a más tardar el 31 de diciembre de 2019, y 40 bolsas a finales de 2025. E incluso de estima que los comercios ya no podrán entregar bolsas de plástico gratis a sus clientes.
Prohibición de plásticos de un solo uso

Siguiendo con el punto anterior, la Comisión Europea advirtió que cuando haya alternativas disponibles y económicas que reemplacen el plástico de los productos de un solo uso, los productos en su lista negra dejarán comercializarse por ley.
Los productos hechos de plástico de un solo uso (single-use plastics) que desaparecerán en los próximos años son los siguientes:
- El pitillo o la pajilla.
- Bolsas.
- Los vasos, envases y demás utensilios «para llevar».
- Agitadores de bebidas.
- Botellas de agua.
- Bastoncillos de algodón.
- Globos.
- Colillas de cigarro.
- Envoltorios de dulce y otras chucherías
- Productos sanitarios femeninos.
Estos productos solo podrán ser comercializados si son fabricados exclusivamente con materiales más sostenibles como el bambú, la madera, la tela, el vidrio y el acero inoxidable.
Las «5 R» del zero waste
Una de las premisas del movimiento zero waste es que se agregan dos erres más a las ya populares tres que son Reciclar, Reutilizar y Reducir. Se trata de Rechazar y Reincorporar:
- Rechaza: Di que no cuando te ofrezcan pajillas o pitillos y cualquier otro servicio que incluya plásticos de un solo uso. Solo di «no, gracias».
- Reincorpora: Prolonga la vida útil y dale un destino natural a los desechos orgánicos con la construcción de una composta casera.
- Reduce: Compra a granel y lleva recipientes y bolsas de tela contigo para reducir el consumo innecesario de plástico.
- Recicla: Investiga sobre cuáles son los tipos de plástico que pueden reciclarse y ubica los centros de acopio más cercanos.
- Reusa: Compra artículos de segunda mano, repara, rediseña y dale una segunda oportunidad a tus cosas. Reusa especialmente los objetivos hechos de vidrio y acero inoxidable.
Hábitos que podrías adoptar

Para adoptar un estilo de vida zero waste son muchos los hábitos que debes incluir en tu vida, los cuales en principio te sacarán de tu zona de confort. He aquí lo más recomendados:
- Busca mercados cerca de ti que vendan a granel y compra tus alimentos en recipientes reutilizables como bolsas de tela, yute y frascos. Guarda sus direcciones en tu Google Maps.
- Aprende recetas nuevas en casa.
- Prepara una composta casera y desecha allí restos de comida orgánico y cartón.
- Compra ropa y muebles en tiendas de segunda mano. Te sorprenderá saber la cantidad de objetos en buen estado a un precio más accesible que hay disponible.
- En un frasco coloca los desechos que no son reciclables, pues es mejor que estén contigo a que terminen en la naturaleza.
- Cuando creas que tienes que comprar algo indispensable y que probablemente sea algo plástico, piensa que podría ser una inversión gastar un poco más para comprarlo en silicón, vidrio, acero inoxidable o madera. Estos materiales son 100% reciclables, reutilizables y duraderos. Puedes revenderlos si dejaras de encontrarle un uso.
- Lleva contigo bolsas de tela para cualquier compra de un último minuto.
- No olvides salir de casa con tu botella de agua y cantimplora para el café.
- Sobre esto último, habla con los dueños o gerentes de los establecimientos que siempre frecuentas y coméntales sobre tus nuevas preferencias como que te sirvan el café en tu propio recipiente o que dejen de colocar una pajilla en tu bebida, por ejemplo.
- Busca en internet las tiendas en línea que hacen envíos sin nada de plástico, solo cartón, telas y papel periódico.
- Con bicarbonato, vinagre, aceites esenciales y otros ingredientes puedes preparar tus propios detergentes y demás productos de limpieza y aseo personal.
Lista de productos zero waste

Los promotores del movimiento zero waste invitan a las personas a invertir en ciertos productos de uso diario que cambiarán significativamente tu rutina. En la web hay muchos videos y blogs especializados en esta materia y de todos ellos pude resumir que lo que necesitarías para adoptar este estilo de vida es lo siguiente:
- Cepillo de dientes biodegradable, normalmente hecho de bambú u otras fibras vegetales. Una vez usado lo puedes tirar a tu composta.
- Las mujeres pueden comprar una copa menstrual y toallas de tela para esos días.
- En Internet existen tiendas especializadas en zero waste que venden paquetes de bolsas de tela de todos los tamaños y formas.
- Una botella de vidrio o de acero inoxidable para el agua.
- Un termo de los mismos materiales para el café.
- Set de cubiertos de madera o metal para comer en lugares donde ofrezcan de plástico.
- Pitillos o pajillas metálicas o de vidrio, así como agitadores de bebidas.
- Aunque al principio es difícil adaptarse se recomienda usar una afeitadora metálica con hojillas intercambiables también de metal que se reciclan fácilmente.
- Reemplaza las servilletas de papel que vienen envueltas en plástico y que luego de usadas no se pueden reciclar por una servilletas de tela.
- Igualmente, reemplaza las toallas de papel que usas para limpiar superficies por unas toallas de tela.
- Si eres amante del té, debes saber que los sobres son súper contaminantes. Compra a granel e invierte en un colador redondo metálico. Puedes inventar tus propias infusiones.
Y como habrás podido inferir, comprar a granel y reducir el consumo de plástico en líneas generales te ahorrará mucho dinero, pues inviertes en un estilo de vida más saludable, no haces compras compulsivas, tendrás objetos de valor por su mayor calidad y te evitarás cargos extra.
Desde que reformé el enfoque que quería para Nerd Universitaria, me di cuenta en el proceso estaba siendo fiel a mis ideales sobre la educación y mis principios medioambientales; de manera que amo hacer este tipo de investigaciones para que conozcas las tendencias que están haciendo a este mundo un lugar mejor.
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Nos seguimos leyendo…
Kim
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