La procrastinación es tan desagradable que ni siquiera me gusta pronunciar la palabra. Es como enredada, ¿no? En este artículo te explico cómo hago para no permitir que se apodere de mi tiempo…
Pro-cras-ti-na-ción
¡Qué fastidio de palabra! ¡Qué fastidio ese mal hábito!
Las nuevas tecnologías, la televisión, la aparente insistencia de atención de nuestros seres queridos y el cansancio injustificado son las excusas perfectas para dejarse llevar por la procrastinación.
Y con esto no quiero decir que esté mal dejarnos llevar por el ocio un rato, el problema recae en que lo hacemos en momentos para trabajar, estudiar y atender compromisos importante.
No es más que un acto de desvalorización.
Sí, de sentir que lo que tenemos al frente es demasiado para nosotros o que es muy bueno como para ser cierto, pero resulta que sí podemos y que definitivamente vale la pena.
La sensación de terminar algo que empezaste y de marchar viento en popa, aunque sea lento, es un camino seguro y lleno de satisfacciones. Es por ello que quiero compartir con ustedes lo que he hecho últimamente para evitar procrastinar.
Acciones definitivas que disminuirán tu procrastinación
Estas acciones definitivas que funcionan en un 100%, harán que tu rutina de trabajo y de estudios sea más productiva. Para evitar procrastinar no es necesario tener motivación, pero sí menos distracciones.

La regla de los cinco segundos
Esta regla no tiene nada que ver con la galleta que dejaste caer y que luego recogiste rápido para comértela, sino con un ejercicio que sirve para entrenar tu cerebro y hacer que hagas lo que TIENES que hacer de una vez por todas.
La primera vez que oí sobre esta técnica fue hace unos tres meses y puedo corroborar que funciona. Contar en cuenta regresiva de cinco a uno fue lo que tuvo que hacer Mel Robbins para levantarse de la cama, conseguir un trabajo y ayudar a su familia a salir de la bancarrota.
Ella explica que tu mente todavía es muy primitiva y no está diseñada para el éxito sino para sobrevivir, de manera que cuando está bajo estrés tiende a rechazar o a huír de eso que la «pone en peligro», pero al parecer, si contamos en cuenta regresiva como si se tratara de un cohete a punto de despegar, el cerebro corta el vínculo primitivo y deja de procrastinar.
Cada vez que me veo sumida en hábitos inútiles que me retrasan o que no le añaden sentido a mi propósito del día, cuento: 5, 4, 3, 2, 1… y me levanto. ¡Funciona todo el tiempo!
Evita otros compromisos
Si quieres enfocarte en tus proyectos y dejar la procrastinación, tienes que evitar otros compromisos. Y cuando me refiero a «otros», señalo esas cosas que no suman nada y que complican demasiado tu tiempo: desde compartir con personas que no tienen tus mismas ambiciones o que son muy negativas, hasta los trabajos y favores que agotan tu energía.
Resulta que cuando sientes que tienes demasiados compromisos, se hará más difícil enfocarte y es muy probable que te rindas antes de intentarlo. Los procrastinadores profesionales nunca tienen tiempo para sí mismos, pero sí para todo lo demás.
No vale la pena lidiar con otros compromisos que interrumpan el horario que has establecido para ti y que no se adaptan a una línea de tiempo, sino que aparecen de la nada e imprudentemente. No permitas que esas ocupaciones se conviertan en la excusa perfecta para tomar un descanso de tus metas.
Simplifica la toma de decisiones
Explorando los hábitos de las personas exitosas me topé con una contradictoria verdad: mientras menos decisiones tomas en el día es más fácil enfocarte en lo que importa. De simplificar tus métodos de trabajo y tu estilo de vida, te estarás ahorrando tiempo y energía física y cerebral para hacer lo que TIENES que hacer.
Leí, por ejemplo, que Steve Jobs tenía un guardarropa minimalista y sin mucha variedad porque no iba a perder tiempo en la mañana tomando decisiones tontas como «¿qué me pondré hoy?».
Personas exitosas como él también se desapegan de los rituales sociales y comen con sencillez y delegan tareas, ya sea a alguien más o a aplicaciones y páginas web que hacen el trabajo por ellos de manera automatizada.
Para continuar con Nerd Universitaria tuve que simplificar mucho mi método de trabajo y crear herramientas, plantillas, listas de tareas y estrategias sencillas de las que guiarme sin que ello representara un sacrificio diario.
En el aspecto personal, decidí tener un estilo de vida más minimalista y como resultado me desapegué de inseguridades que me despertaban una imperiosa necesidad de procrastinar, proveniente del mismo miedo impostor.
Escuchar música instrumental
Al igual que la regla de los cinco segundos, cuando escucho música instrumental sé que tengo que ponerme a trabajar y dejar de procrastinar enseguida. Una vez que me siento frente a la computadora busco en YouTube música instrumental para aumentar la productividad en la oficina y no hay manera que me detenga.
Sé que cuando esa música está sonando no hay marcha atrás. Unas duran unas horas y otras al menos 40 minutos. Cada lista de reproducción la uso como un temporizador de las tareas que debo cumplir mientras se están reproduciendo. Mi nivel de concentración es mejor y funciona algo así como el efecto Mozart.
También podría servirte buscar unas listas de 25 minutos de duración si quieres guiarte por la efectiva Técnica de Pomodoro que puede hacerte más productivo.
No dejes que las redes sociales te controlen
Cada día me convenzo más de que las redes sociales deben ser una herramienta ocasional y no un compromiso de proporciones descomunales. Para no dejar que me controlen, especialmente si soy blogger de tiempo completo, hago lo siguiente:
- Deshabilitar las notificaciones en la mañana y volver a activarlas en la noche antes de dormir para leer todo y mantenerme al tanto. En especial las de Instagram.
- Las tengo muy atrás en la pantalla de mi teléfono celular. En las primeras páginas tengo el widget de mi Google Calendar, las demás aplicaciones de Google, Duolingo y ya.
- De mi teléfono borré Twitter, Facebook y Pinterest porque sé que puedo manejarlos desde mi computadora.
- Dejé de seguir esas cuentas spam que publican demasiado del mismo contenido.
Y por último, no olvido que para evitar procrastinar cuando TENGO que hacer lo que TENGO que hacer, debo pensar siempre en grande a través de pequeños pasos. Como blogger de Nerd Universitaria, estoy la búsqueda constante de que seas alguien más productivo en tus estudios, trabajo y vida personal. Me reto todos los días para encontrar herramientas que te motiven tanto como a mí.
Por favor dime qué piensas de este artículo en la sección de comentarios y no olvides compartirlo en tus redes sociales.
Nos seguimos leyendo…
Kim
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