Versión digital de artículo publicado el 10 de abril de 2017
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De acuerdo a los expertos la escasez de anticonceptivos de los anaqueles y a falta de programas efectivos de educación sexual, inciden en el aumento de embarazos no deseados en adolescentes.
La escasez de anticonceptivos en las farmacias y la falta de programas de educación sexual son las principales razones que inciden en el aumento de embarazos no deseados, especialmente en adolescentes de bajos recursos económicos.
Y es que de acuerdo con el presidente del Colegio de Farmaceutas del estado Falcón, Jorge Morales Hurtado, estos productos desaparecieron en los anaqueles en un 98%, debido a la deuda que el gobierno nacional tiene con los proveedores internacionales de hormonas sintéticas, lo que quiere decir que no se trata de un problema de distribución sino de producción nacional, falta de recursos y presupuesto.
El representante gremial informó que principalmente escasean los métodos anticonceptivos orales, subcutáneos y los implantes, mientras que solo están disponibles los condones que funcionan como barrera para prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual.
Al respecto, dijo que la inflación también incide en que las personas no se protejan, pues un paquete de tres condones hace tres meses costaba 1.200 bolívares y actualmente cuestan entre 11.000 y 18.000 bolívares. Igualmente, de llegar de forma esporádica las pastillas alcanzan el precio de 130.000 bolívares.
Para Morales Hurtado, no existe un sistema consolidado de salud y educación que promueva la planificación familiar, ya en que en la actual situación más niños nacen en hogares pobres donde son propensos a sufrir de desnutrición.
Programas gratuitos
Sin embargo, en ambulatorios y hospitales desarrollan programas de prevención gratuitos en el que se propone a la madre que recién ha dado a luz, la colocación de anticonceptivos subcutáneos e intrauterinos para evitar embarazos no deseados, pero debido a la cultura y a la presión motivada por los conceptos conservadores de la familia, muchas deciden no hacerlo por temor a represalias de su pareja y de su familia.
Milanger Vargas de 18 años, que tuvo su primer hijo hace dos meses, aceptó la recomendación de los médicos de implantarse un método de barrera, comprendiendo las implicaciones de tener a su cuidado más infantes en medio de la crisis económica. Por otro lado, Elimar Marin, de 21 años y madre de dos niños, uno de ellos de ocho días de nacido, expresó que es difícil cuidarse debido al aumento de los precios de los condones y a que desaparecieron las píldoras que tomaba, en tanto que considera oportuno que le ofrezcan esta solución en los centros de salud.
Para la licenciada en educación, Usmary Padilla “es preocupante que vengan tantos niños al mundo” sin garantía de que serán bien alimentados y limitando a los padres a desarrollarse profesionalmente.
“Yo veo a muchos adolescentes pariendo en lugar de estar estudiando. Siempre les digo a mis alumnos que nada ganan apurándose. Si quieren tener hijos tienen que ser profesionales primero”
Usmary Padilla
Además aclaró que cuando se convirtió en madre, lo hizo con planificación, “yo tenía el DIU (Dispositivo Intrauterino) y me lo quité para tener a mi hija de dos años”, dijo. Luego de una mes, volvió a un ambulatorio para colocarse otro. No obstante, expresó con pesar que existan personas que por tabú o miedo no busquen ayuda en los sistemas públicos de salud.
Medidor de retroceso
Kelvin Vega, ginecólogo con consultorios en el Centro Médico Salud en la avenida Josefa Camejo de Coro y en el Seguro Social, explicó que el aumento de embarazos no deseados es un medidor del retroceso de una sociedad como la venezolana que hace unos años había superado a muchos países en materia de prevención de natalidad por madres adolescentes.
Informó que más del 50% de sus pacientes son menores de 18 años y un 40% de ellas no llega a los 15.
En tanto que para él, esto es consecuencia de la falta de políticas públicas del Estado en materia educativa y de salud para garantizar medicamentos en los anaqueles y programas sobre sexualidad en las escuelas. Manifestó que trata mujeres que con 20 años ya tienen cuatro hijos, cuando idealmente el organismo está apto para concebir entre los 21 y 29 con descansos de dos a tres años.
Vega argumentó que este fenómeno social, solo incentiva la deserción escolar, la desmotivación para desarrollar su potencial profesional y la malnutrición de los pequeños en medio de la crisis económica actual y a la escasez de alimentos. Dijo que además de que el sexo es un tema tabú en las instituciones y en los hogares, la cultura en muchas comunidades vulnerables influencia en este tipo de decisiones.