Nos estamos formando como profesionales y una vez egresadas de nuestra casa de estudios, no solo debemos tener el conocimiento teórico y meramente práctico que nos exige la carrera, sino también de desenvolvernos con naturalidad.
Qué tanto sepamos de lo que hacemos y si lo hacemos bien, importa igual como nuestra capacidad de convencimiento, de probar que es así y que podemos ser líderes…
Creo de verdad en el poder que tiene la buena oratoria, en el peso de la palabra hablada desde el tono de voz utilizado hasta las pausas que son determinantes.
En la universidad tratemos de desarrollar nuestra expresión oral y ampliar el léxico. Quizás dominarla sea para muchas más difícil que aprender el contenido de la carrera, pero insisto, para todas las profesiones es importarte hacerle frente a un público o una sola persona con propiedad.
Controlar los nervios y la vergüenza
Puede que tu problema sea que no estás acostumbrada a hablar delante de mucha gente y sientes vergüenza. Es primordial intentar disipar todo nerviosismo, ya que tus argumentos en debates universitarios perderán fuerza si la gente nota que no estás segura de lo que dices.
Trata de ensayar tus argumentos primero delante de personas conocidas y pídeles su sincera opinión respecto a tu oratoria y tu capacidad para haberlos convencido. Intenta mejorar con respecto a lo que te digan.
La importancia de la voz, los gestos y la postura
Estos elementos dirán mucho de ti a tus interlocutores y, por tanto, hay que saber expresarse físicamente. Tu voz tiene que ser clara y alta para mostrar que estás convencida de lo que dices.
Hay que vocalizar sin hablar demasiado deprisa para que se te entienda bien. También es importante controlar la postura, que debe ser erguida pero no demasiado rígida, es decir, que muestre firmeza pero por otro lado que se vea que estás relajado.
Pero lo más importante en este punto es sin duda el uso de los brazos para realizar gestos. El 55% de lo que transmites se capta a través de los gestos. Por ello, no dejes los brazos quietos o pegados al cuerpo, intenta moverlos de forma a acorde a lo que estés contando.
La estructura del mensaje
Tus argumentos tienen que tener coherencia. Para ello trata de emplear un vocabulario variado y acorde con el tema. No uses frases sueltas, trata de hilarlas con normalidad. Tu intervención tiene que estar cargada de ritmo, sin pausas en las que no sepas qué contestar. Prepara previamente todas tus razones a favor o en contra del tema.
Por último, trata de estructurar tu intervención: Primero un breve comentario acerca del tema, luego opinar acerca de lo que han comentado los otros para después pasar a aportar tus propios argumentos, cerrando si es posible con una frase impactante.
Nos seguimos leyendo…
Kim