Dar clases es un privilegio. Yo siempre he admirado a muchos de mis profesores, en especial estos que en su momento les mencioné y aquellos que también me han provocado dolores de cabeza.
Pero quizás el profesor más difícil de encontrar, y por fortuna es así, es el resentido. Aparece cuando menos te lo esperas, a un nivel de tu carrera que debería competer a los más profesionales.
Es un golpe a la moral que la realidad de ellos gire en torno a hacer sentir al otro inferior, echando a la basura el noble acto de educar solo por el placer de hacerlo.
He aquí sus características:
Pérdida de la memoria
A estos profesores se les olvidó que fueron estudiantes, por lo que nos tratan como ignorantes sin remedio. Se les olvida que estamos ahí para aprender y que hay cosas que de la experiencia aún no conocemos y que su papel es prepararnos para eso.
Incapaces de enseñar
Son netamente instructivos. Te hablan desde la base de la teoría y no te enseñan los pros y contras de ponerlas en práctica.
Pero es una estrategia para que luego al momento de evaluarte te saquen a colación aspectos que no consideraste porque ellos no fueron explicativos, lo que sucede es que son simplemente celosos de su experiencia y no la quieren compartir.
Esta característica también puede llamarse «El síndrome del misterio del príncipe«, inspirada pues en Severus Snape.
Le encantan los monólogo
Por supuesto el ego de estos seres resentidos es muy grande. Sus «clases» son increíblemente insoportables porque se dedican a presentar un gran monólogo.
Y como ya lo he mencionado en la característica anterior, como no le gusta enseñar, sus clases se basan en presumir su estatus y defender su punto de vista.
Una vez alguien levantó la mano para hacer un pregunta, y se molestó porque «le había cortado la inspiración» , y le pidió a mi compañera que «por favor no lo volviera a hacer».
Palabras y nada de acción
También son hipócritas. Te dicen cómo deben ser las cosas a su manera y en la práctica de su profesión están llenos de errores, y no cualquiera de los errores que todo humano tiene el derecho de cometer y no ser juzgado, si no el de emplear técnicas caducadas (en comunicación por supuesto).
Odian el sistema
Son tan negativos que critican todo. Escuchar a una persona así es muy agotador. Sales de clase completamente desmotivador. Odian el sistema en el que trabajan pero viven de él y no hacen nada para cambiarlo. Sin solución, sus palabras son las tonterías de un malcriado.
Constante mal humor
Por esto es que se nota que son resentidos. Pierden los estribos ante cualquier cosa que los interrumpa o les lleve la contraria.
Gritan y resienten del comportamiento juvenil de los estudiantes, de que no apreciamos nada y subestimamos todo, porque saben, hay gente que nace adulta y aburrida.
Mi recomendación es que eviten estos profesores a toda costa. Cuando un amigo que haya visto clases con él te dice «la primera clase es la única con contenido; lo demás es perder el tiempo», hay que tomarlo mucho en cuenta; y yo no lo hice.
Lo que sí les puedo decir, es que los ideales de estas personas están cegados por su propia inseguridad, o por el miedo a una nueva generación de relevo mejor preparada, pues que un profesor le tema o disienta de los estudiantes sin considerar que incluso los puestos de pasantes son inamobibles de toda empresa que se conozca, y que por ende no le quitan el trabajo a ningún profesional, es realmente patético.
Es bueno que le recordemos eso para que dejen de tener tanto miedo, y que por fin den clases por vocación de servicio y no como excusa para que unas cuantas veces a la semana puedan expresar lo perfectos que creen ser.
Y es que ser profesor solamente para eso, es lo que realmente llamo «quitarle el puesto de trabajo a un verdadero profesional».
Si tienen profesores así, tienen la LIBERTAD DE EXPRESIÓN en este espacio para criticarlos y aportar soluciones. Desahógense en los comentarios abajo.
Nos seguimos leyendo…
Kim.
Me gusta tu pagina, soy hoy en dia profesor universitario, pero nunca se me olvida que primero fui estudiante, la maldición del buen estudiante es muy, pero muy cierta, asi como tambien es muy cierta la del profesor resentido, tuve muchos en la universidad, por lo que ellos son mi «referente» de lo QUE NO DEBE SER JAMAS UN profesor, ya que al final solo terminan como sombras y almas en pena enuna sociedad donde ni sus estudiantes se acuerdan…
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Gracias por tu comentario. Aprecio mucho a los profesores que todavía recuerdan lo que era ser estudiante. Supongo que eres bien empático en clases. Felicitaciones por salirte del montón!
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Jajaa Los hay en cada escuela!
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Ninguno nos escapamos de eso
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